Hasta muerto los alimentó: "Manuel decía que los perros lo seguían porque le olían el hambre.
Algo en ellos los hacía parecerse, la manera de caminar, tallando el cuerpo sobre el muro. Sus nueve perros se reparten formados en media luna para protegerle la espalda y la guitarra que le cuelga.
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jueves, 19 de mayo de 2011
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